«Campanadas a medianoche» está considerada hoy como uno de los mayores logros de Welles, Welles mismo decía que era su mejor obra.
No es la adaptación cinematográfica de una obra teatral de Shakespeare, sino un guion elaborado por Orson Welles a partir de cuatro obras de su autor favorito (“Las comadres de Windsor”, “Ricardo II”, “Enrique IV”, “Enrique V”) y las crónicas de Holinshed, ambientadas en la Inglaterra medieval.
En los albores del siglo XV, en Inglaterra una lucha por la corona real está a punto de desatarse. La poderosa familia Percy, encabezada por el aguerrido Henry “espuela ardiente”, reclamando para sí derechos de sucesión al trono se opone a la legitimidad del rey Enrique IV. Mientras el joven Hal, príncipe de Gales y heredero a la corona, vive completamente despreocupado. Alejado de las tensiones que asolan al reino, vive de forma disoluta enlazando una juerga tras otra bajo la tutela de John Falstaff, un viejo y gordo bribón, que a pesar de ostentar el título de hidalgo es, sin lugar a dudas, el mayor sinvergüenza de toda Inglaterra.
Se estrenó en los cines en diciembre del 1965 y fue rodada durante dos meses en Calatañazor. Muchos de los figurantes que aparecen en la película siguen recordando aquellos meses de grabación con buenos recuerdos y anécdotas.
Calatañazor era el escenario perfecto, un pueblo medieval, sus calles empedradas con canto rodado, casas con desplomadas paredes de tapial de barro y paja, puertas protegidas por postigos a media altura, cubiertas de teja sobre las que se alzan las genuinas chimeneas cómicas pinarigas, hicieron que Calatañazor fuera declarado Conjunto Histórico-Artístico Nacional en 1962, además ser elegido escenario de una gran película.